Cada vez tengo más claro que el futuro es de ellas, y nosotros, los hombres, tenemos que estar a su lado aprendiendo de la Sororidad, de la empatía y de la inteligencia negada por el Patriarcado que ha regido la mayor parte de regímenes políticos, sociales y religiosos.
Somos ellas porque ellas son las que dan la vida y las que nos llevarán a cambiar la sociedad. Ellas son fuertes, son valientes, por ello tenemos que pelear como una mujer. Nosotros tenemos una difícil misión que no es otra que derribar los muros del machismo que inunda nuestras vidas y que nos han metido desde pequeños en nuestras cabezas.
Trabajar por la igualdad pasa irremediablemente por hacerlo desde el feminismo. Y para eso, primero tenemos que educarnos nosotros mismos. Debemos ser conscientes de la cantidad de actos cotidianos que cometemos diariamente y que perpetúan este sistema de relaciones desiguales. No podemos ser autocomplacientes y pensar que ya se ha avanzado mucho y que la igualdad está cercana.
Por todo ello, os deseo un 2018 Feminista y Antagonista. Porque ambas son necesarias para crear ese mundo nuevo que deseamos construir. ¡Luchemos como mujeres!
El Manifiesto de Bohr 